domingo, 3 de junio de 2012

METÁFORAS



Massimo Troisi moría doce horas después de rodar las últimas escenas de Il postino. Sus compañeros de rodaje recordaban cómo las grabaciones debían interrumpirse porque Massimo, aquejado de una enfermedad cardíaca, se fatigaba constantemente. En algunas escenas incluso fue necesaria la colaboración de  un doble. 
Como recuerda Benigni, la actuación de Troisi : Era come un volo senza ali, il suo corpo smagrito fluttuava sopra lo schermo, magicamente. (Era como un vuelo sin alas, su cuerpo delgado flotaba sobre la pantalla, mágicamente)

Quizás no se pueda expresar mayor ternura en el desvalimiento que cuando un hombre e enfrenta a la muerte. La simpleza de Mario Ruoppolo, que no estupidez, acaba contagiándose de los ojos inmensamente tristes de Troisi. Su rostro demacrado, la dulzura de su dicción napolitana, la delicada pasión del amor o el enfurruñamiento del enfado, no necesitan más luz o sombra que la de su mirada.
La vida decepciona sólo si no sabes mirarla. Puede que acabemos comprendiéndolo cuando ya sea demasiado tarde. Por eso me alegra encontrar, de vez en cuando, pequeñas cosas que me lo recuerdan. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca un doblaje fue tanta estafa como el de Massimo Troisi al español. Ya no traición, sino usurpación y robo.